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jueves, 5 de noviembre de 2015

Revolucion Agricola


Neolítico es un periodo de la Prehistoria que se inicia con la aparición de la agricultura y los primeros asentamientos en forma de aldea. Se extiende entre los años 8.000 y 3.000 antes de Cristo. Su nombre proviene de los términos griegos neo: nuevo y litos: piedra; es decir, la Nueva Edad de Piedra.
Se suele llamar a este periodo como el de la
Revolución Neolítica o Revolución Agrícola, pues en él aparecen las primeras manifestaciones de actividad agrícola.
El hombre vivía en pequeños grupos móviles de recolectores y cazadores, condicionados por la capacidad de obtener alimento. En algunos de estos grupos comenzaron las primeras formas de agricultura (de frutos y tubérculos en las áreas tropicales y de cereales en las regiones templadas y frías) dando como resultado la sedentarización.
Durante la revolución agrícola, algunas sociedades experimentaron grandes progresos en su capacidad productiva. Aumentaron el número de plantas cultivadas, mejoraron sus cualidades genéticas y revolucionaron las técnicas agrícolas con la adopción de métodos y herramientas más eficaces para la preparación del suelo, el transporte y el almacenamiento de las cosechas. Se desarrollaron técnicas de irrigación y de abono del suelo, que al controlar dos de los factores esenciales de la productividad, aseguraron cosechas cada vez más abundantes, surgió así la división del trabajo, provocando procesos de estratificación social y de organización política.
Esta transformación económica se desarrolló por la influencia del cambio climático que obligó a las poblaciones de bandas de pastores a dejar las montañas y bajar a las tierras de los valles en busca de las cada vez más escasas presas de caza; de hecho, deben abandonar las habitaciones que habían erigido en las orillas de los cursos de agua.
La necesidad de encontrar una actividad de subsistencia llevó a los hombres del Neolítico a la recolección y almacenamiento de cereales, que pronto iban a ser sembrados y cosechados. Paralelamente, el hombre logró domesticar a algunos animales pequeños como el perro.
La adopción de la agricultura significó para sus usuarios la posibilidad de desarrollar civilizaciones más avanzadas que las de sus contemporáneos, debido a los cambios culturales que produjo. El más importante es el paso de grupos nómadas a poblaciones sedentarias, motivado por la necesidad de desarrollar la agricultura y la ganadería, y de establecer un lugar fijo de alimentación y residencia.
Consecuentemente, la sedentarización originó el desarrollo urbano y las ciudades; aunque es cierto que muchos grupos humanos que se dedicaban a la pesca en las regiones costeras vivían en especies de aldeas, no contaban con una organización funcional a la actividad económica y no habían logrado desarrollar ciudades.
Por otro lado, la adopción de la agricultura generó, por primera vez en la Historia del hombre, la posibilidad de contar con excedentes alimenticios y se produjo un fenómeno de crecimiento demográfico; es decir, la población tuvo un aumento sostenido en el tiempo.
La Revolución Agrícola ocurrida durante el Neolítico trajo una serie de consecuencias tanto sociales como culturales a los insipientes asentamientos humanos.
La abundancia de alimentos, aseguró un gran crecimiento demográfico, lo que hizo crecer las aldeas que se transformaron en ciudades. Conjuntamente con la revolución técnica, la revolución agrícola condujo a una división y especialización del trabajo. Sólo bastaba que un sector de la población se dedicara a las faenas agrícolas para sustentar a la ciudad. Así, el resto comenzó a dedicarse a otros trabajos, actividades y productos. Se desarrollaron la artesanía, el arte, el comercio, la construcción y la administración.
De igual forma, la organización de la ciudad se hizo más compleja, llevando a la creación de instituciones, como el Estado y la Religión, las cuales ejercían el poder, establecían la administración, y dirigían los destinos del cuerpo social. Es decir que la sociedad alcanzó un alto grado de complejidad, en cuanto su organización y modo de vida.